Marlene Plata Garcia

HOMENAJE A MIS RAICES

..Recientemente me mudé al otro lado de la ciudad y desde entonces, todos los días debo tomar un bus que la recorre casi toda y por casualidad pasa por la Carrera 25, desde la ¨la calle de las vacas¨o Calle 30 como se le conoce ahora, hasta ¨la calle murillo¨o calle 45 y me hace remontar a aquellos años vividos desde mi niñez y adolescencia en el famoso ¨BARRIO CHINO DE BARRANQUILLA¨.

 

Mi casa, estaba hecha con barro y bareque  y el techo en gran parte era de zinc.  Cuando llovía, se sentía como una fiesta de percusión por toda la casa, era inmensa. abarcaba prácticamente toda la cuadra por la carrera 24.

 

Mi mamá tenía allí su tienda con cuatro entradas, una por la carrera y las otras tres por la calle 42, al lado funcionaba en aquel entonces (antes que ella comprara la casa) en lo que era el garaje, ¨La Piladora¨ atendida por Doña Regina y Don Pedro; allí llegaban las negras a comprar y moler maíz para los bollo limpio y las arepas.

Luego seguía la casa de Doña Victoria y Don Francisco, hombre callado, siempre llevaba puesto su sombrero y se le veía todos los días sentado en la puerta de su casa... y allí encontro la muerte...su muerte me dolió porque el nunca le hizo mal a nadie, pero como pasa en este pais el fue ¨otra victima de la violencia¨.

Después de su casa había un callejón donde vendían pasto para los carro´e mula (buenos clientes de mi mamá para el trago por copas y el buen tinto que nunca faltaba), luego seguía el ¨Bar el Chispazo¨ y la casa donde se hospedaban algunas de aquellas mujeres que trabajaban en los bares de los alrededores, seguida por lo que antes era ¨El Veracruz¨y después fuera ¨El Rincón del Tango¨o mas bien le decían ¨El Rincón de Hernando¨(porque mi hermano que asi se llama no salía de ahí).  La cuadra terminaba con la tienda ¨El Coge Coge¨(todavía se llama así) donde atendía Doña Pastora y su esposo Sarabia, con su loro parlanchín.  Siempre me causo curiosidad un cuadro que tenían pegado en el estante detrás del mostrador, era el retrato desteñido de dos hombres, el primero bien vestido, contando monedas de oro por montón y sonriendo...el otro, un hombre acongojado, rodeado por el polvo y la ruina y con un letrero que reseñaba en el primero de los hombres: ¨VENDIO DE CONTADO¨ y en el segundo¨VENDIO A CREDITO¨ mi curiosidad me hacía comparar el cuadro con lo que podía ver a mi alrededor y lo que observaba era una tienda sin nada de mercancía, polvorienta y un par de viejos cansados de la vida (no recuerdo que pasó con ellos).

Tengo tantos recuerdos de aquella vida pasada y ahora tan lejana. Mi barrio...mi barrio era como de película, no había un día en que no pasara algo, vivíamos de emoción en emoción, solo había un paso de la risa al llanto. Nuestra casa estaba rodeada de bares como ¨Mi Bohío¨, ¨El Chispazo¨, ¨El Rincón del Tango¨, ¨La Casa Verde¨y ¨Manhattan Center¨ entre otros.

Nos despertábamos con la algarabía de los carros y la voz de los sabanalarguéros (asi se les llama a los nacidos en Sabanalarga un pueblo cerca a Barranquilla) como ¨Angel¨que junto a sus hijos y demás familiares se les oía gritar ¡BOLLO E´YUCA! ¡BOLLO E´MAZORCA! esa gente ¨camellaba¨duro.  Mi mamá les guardaba en la tienda los sacos que contenían lo que les quedaba de la venta, pero además les permitía que cuando terminaran de trabajar (en la madrugada) se volaran la paredílla del patio y amanecían ahí tirados casi pegados a la puerta de nuestro cuarto, había noches en que salía para ir al baño (quedaba afuera en el patio) y me tocaba pasar por encima de ellos, estaban todos amontonados, parecían como muestran en las películas.

Veíamos llegar la ¨carne fresca¨, como les decian, prostitutas casi niñas que venían en su mayoría del interior del país, no sé si por su voluntad, pero esos lugares las devoraban, no se veían en meses; cuando reaparecían ya eran ¨profesionales¨.

Recuerdo una vez que estábamos desayunando y de pronto entró ¨Jesús¨uno de los vendedores de Sabanalarga, venía con un machete ensangrentado y lo tiró debajo del lavadero decía que había matado a ¨Mala Hora¨ así llamaban al atracador mas temido de los alrededores...se nos dañó el desayuno.  A Jesús se lo llevaron preso y ¨Mala Hora¨siguió vivo, mi mamá decía que ¨Mala hierba nunca muere¨...el era de esos.

Otra vez estando en horas de almuerzo creo, llegó ¨Josefa¨una prostituta entrada en años y traía las manos sangrando y amenazaba con un vaso de cerveza que se iba a tragar el vidrio y se cortaría las venas, parece ser que el ¨marido de planta¨la quería dejar o algo así y para entonces creo que ya estabamos acostumbrados a estas escenas que formaban parte del postre.

Nuestros vecinos Doña Victoria y Don Francisco eran dueños de varios bares y además vendían cerveza en un camioncito destartalado a los establecimientos de por ahí, tenían cinco hijos: Amadeo, Carlos, Wilson, Esperanza (Panchita) y Alberto ¨Caracol¨no ¨alias el caracol¨como le dicen ahora, era simplemente caracol, pero si es el mismo, el que estan pensando del que dicen tanto y no saben nada.

A caracol lo bautizaron de doce años, su madrina de bautizo, que tambien lo es mía, es mi tía Cleofe, aprendió a arreglar carros desde pelao y estudió algo relacionado con eso en un lugar llamado ¨Tecnicor¨, era bueno decían; se le veía pasear calle arriba y calle abajo con su amigo ¨El Mello¨ o con Nando mi hermano.  Ese era un pelao sano del barrio, porque en el barrio a pesar de la fama había gente buena, luchadora, echa´pa´lante, que paso con caracol?  no sé...la vida lo cambió y ya dado el paso no hubo forma de echar para atras por mas que quisiera.

Que si había gente buena? Estaba doña Toña  jodida pero trabajaba de sol a sol como mi mamá (la niña Eulalia como le decían) Doña Victoria, Doña Lastenia, los Vargas (se les veía a veces cabalgando por las calles) Doña Velarmina, la señora Teresa, la vieja Lucila que vendía carbón y alquilaba un cuarto y de eso vivía ella y sus perros, porque si tenía perros!...como una docena, todos callejeros.  Hubo una vez una huésped suya llamada Marina.  Era simpática, tenía un niño pequeño, el cuarto lo pagaba el ¨marido¨ quien llegaba de vez en cuando a visitarlos (era abogado o algo así).  En unas navidades, talvez estaban de pelea o quiza fué por soledad,creo, vino a la tienda de mi mamá y le compró una cartilla de ¨traqui-traqui¨(polvora) sin imaginar que se los iba a tragar, yo creo que lo hizo pensando que le alcanzaría a avisar al marido y el la salvaría, el asunto es que cuando la vieja Luicila la oyo lamentarse, vomitaba sangre y no pudo hacer nada...Lucila siguio recibiendo la renta porque el hombre misterioso que llegaba en el Jeep le dejo a su cuidado el niño (seguramente tenía esposa e hijos que jamás superon que Marina y ese niño existieron).

Aquí he mencionado solo unos cuantos trozos de vida que mi mente retuvo de aquellos días.  Mejor dicho para hablar de mi barrio tendría que contar la historia de cada uno de los que vivieron aquella época y me quedaría faltando tinta.

El barrio tenía además personajes como:

¨Lucho Avena¨que vendía las empanadas y avena más sabrosas que haya probado jamas.

¨Olegario¨un viejo extraño salido no se de donde, todo vuelto nada... me daba miedo parecía que se estuviera cayendo a pedazos.

¨Los Ortega¨ahí si había gente y todos familia, eso sí, esa casa en sus buenos tiempos fue bien linda, con un jardín el único que recuerdo en el barrio.

¨El loco Oswaldo¨, se rebuscaba vendiendo relojes y tenía una ¨parla¨que la gente terminaba comprándole aunque no quisiera, pero lo que más le admiraban era su mujer, esa era ¨tronco de mujer¨ de descendencia polaca, medía como dos metros y con unos ojos y cabello impresionantes... me imagino que a ella también se la levantó con su parla porque bien feo si era.

¨El marica Alfredo¨con sus boínas estilo marinero y sus camisillas ceñidas el pecho de esas que tienen huequitos y  que le dejaban ver que tenía senos,    pantalón apreta´o con buenas nalgas, siempre creí que venía de ¨buena familia¨era bien hablado...educado.

¨El Coleto¨ese fue un personaje que apareció en el barrio de pronto.  Llegaba cargado de billetes, se metía en los bares de Doña Victoria y no salía sino cuando ya lo echaban porque no le quedaba ni un peso, y se desaparecía por varios meses y volvía otra vez a las mismas.

Se hizo amigo de Nando mi hermano.  Recuerdo que en una de esas apariciones vino con un cuento raro de un lote de televisores y quería que mi mamá comprara uno, pero Nando tenía que ir con el a buscarlo y mi madre no lo dejó. En esos días, un domingo estando la tienda de mi madre cerrada, por casualidad llegaba Hernando y tirado en el piso afuera de la casa, en la oscuridad... estaba ¨El coleto¨pidiendo que lo ayudaran.  Mi hermano entró a la casa para avisar, nos acercamos a verlo y al abrirle la camisa tenía una herida en el costado y sangraba como loco, mi hermano lo cargó, lo embarco en un taxi y lo llevó al hospital.  Recuerdo que pensé que Hernando fue valiente, como un héroe porque el es de los que no pueden ver sangre porque ¨le da la pálida¨, pero esa vez tuvo el coraje de recoger a su amigo y llevarlo a que lo auxiliaran.

después de eso no volví a saber de este personaje.

¨Don Ignacio¨ el dueño y señor de la casa-restaurante más codiciada del barrio, el era el rico, manejaba buena plata, tenía el Restaurante ¨LA TERRAZA¨ también criaba cerdos finos que vendía a muy buen precio.  Nunca abría el restaurante los días martes, ese día era de descanso.  Los empleados que también vivían allí salían a visitar sus familiares y el tenía la costumbre de reunir a todos los pelaos del barrio y les tiraba un montón de monedas y ellos se iban contentos para su casa.  También acostumbraba servir un plato de ¨mondongo¨y le echaba tanto picante que quedaba roja y prometía que el se la tomara le daba un billete, siempre había quien se le midiera...y el cumplía.

Tenía una hija con Doña Toña: Yolanda y también estaba Pedro quien era hijo de Doña Toña (no de él).  De Yolanda habría mucho que decir, yo solo mencionaré que la conocí desde que tuve uso de razón, fue mi amiga en la niñez, tenía todo lo que cualquiera pudiera desear, estrenaba ropa y juguetes cada semana, estudió en buenos colegios, solo tenía que pedir algo para tenerlo,  tal vez allí estuvo el error, porque al ir creciendo ya no quería solo cosas, sino también personas, sin importar como o por cuanto tiempo.

Acostumbraba regalarle de todo a sus amistades, a la legua se notaba que la rodeaban solo para obtener algo de ella, una vez le dije que a mi no tenía que comprarme nada que yo era su amiga (nunca fuí amiga de sus amigas) eramos tan diferentes que tal vez por eso fuimos buenas amigas hasta que su vida tomó un rumbo diferente y yo sentì que debía alejarme.  Siempre me respetó a pesar de ser como era ella.

Una vez se enfureció con una de esas amigas que la visitaban porque dijo una ¨mala palabra¨ frente a mí y le dijo que no usara ese vocabulario estando yo, es extraño pero creo que siempre quería protegerme como a una hermana...en fin ella fue mi amiga; siempre la recordaré y lamentaré su final tan trágico. (a ella la encontraron en su casa degollada con alambre de puas).

De su hermano  ¨Pedro Terraza¨ , como le llamamos tengo muchas anécdotas lo que viene primero a mi mente es el día que por ¨su culpa¨(realmente no fue su culpa) me corte el pie.

Yo tenía un gato (raro en mi porque hoy día no me gustan) el caso es que ese día el me gritaba desde la tienda ¡MARLENE! ¡ME VOY A LLEVAR TU GATO! y yo corrí y en la carrera tumbé una botella, cuando yo ví que de verdad el se llevaba mi gato retrocedí lloranto y sin saber que la botella se había partido, la pisé y fue así como ocurrio el accidente, yo tenía como cuatro años porque recuerdo que mi mamá estaba amamantando a mi hermana amparito y mi tía cleofe se arreglaba para ir al ¨MARILU¨donde trabajaba como modista.

¨Pedro Terraza¨gran amigo, un hermano más, ha tenido una vida dura, su padrastro (Don Ignacio) lo jodía por todo y por nada, siempre ¨llevaba del bulto¨ como se dice aquí, cuando Don Ignacio murió no es que le hayan cambiado mucho las cosas, porque entonces estaba Doña Toña, su mamá que también lo jodía.

Siendo ya un hombre uno de esos martes que no había trabajo, nunca supe realmente que pasó pero le pegó con un bate de béisbol y casi lo mata, mi mamá se lo trajo para la casa y lo curó.  Tenía hematomas por todas partes, se quedó en nuestra casa hasta que se recuperó y entonces se fue para Cucuta...se liberó!

Y así crecí en el famoso ¨BARRIO CHINO¨, la rebelde de la casa porque pa´contestar si era buena! mi mamá Doña Eulalia era como un militar, pero...¡NOJODA! y perdónenme esta expresión pero es que no se me ocurre otra para decir que ser papá y mamá eso es cosa sería! ahora lo sé porque lo vivo en carne propia.

Mi mamá se jodió por nosotros toda su vida detrás del mostrador de la tienda; bueno por nosotros y por un poco de gente porque desde esa tienda: ¨LAS QUINCE LETRAS¨ y la escribo así porque mi mamá no perdonaría si la escribo de la otra forma (LAS 15 LETRAS), como decía, desde allí se trajo familia y paisanos, nuestra casa parecía ¨LA EMBAJADA DE SANTANDER DEL SUR¨

Empezando por mi tía Cleofe que fue la primera, llegó ocho días después de nacer yo, con su hija Angela mi prima, mi hermana y amiga.  Le seguirían mis primos Alicia, Cecilia, Marina, Nelly, Nestor, Orlando, mis tíos Santiago, Alejandro, Nora Josefa, Pedro León con mi tía Angela y sus hijos ¨Perico¨, Maria Olid, ¨Totico¨, Carlitos, Euclides; Efrain y Pedro Nel, Don Luis Alfredo Diaz con su esposa Doña Rosa y sus hijos Neftali, Alfredito, Isnardo, Orlando, Lucy, Gladys, Hilda, Nubia, mejor dicho aqui nombré a los que recuerdo y que se quedaron porque hubo muchos mas que después de algún tiempo se devolvieron y el asunto no terminaba ahí, se encargaba de ponerles negocio, conectarlos con proveedores, les conseguía trabajo y hasta los avalaba para que les dieran crédito.

Nuestra casa era además el sitio donde llegar cuando alguno se quedaba sin ¨chamba¨ (trabajo).  También debo decir que era el sitio de almuerzos familiares los domingos o de noches improvisadas con guitarra y tiple en mano...buena música y buena charla.

De mi casa tengo todos los recuerdos de niñez y adolescencia.  Mis hermanos y yo eramos tan diferentes unos de otros y sin embargo gracias a Dios y a mi madre por la educación que nos dio somo seres humanos de bien, sin vicios, sanos.

Hernando, mi hermano mayor, era el dolor de cabeza de mamá, ese pelao le sacó mil canas, madrugadas esperándolo y mirando por la pequeña ventana de su cuarto a ver cuando aparecía, porque eso sí, estuviera donde estuviera y como estuviera (borracho) aterrizaba en el restaurante ¨LA TERRAZA¨  que quedaba en frente y ahí le pegaba el grito mi mamá.

De mi hermano Nando también diré que es amigo para toda la vida, leal, servicial a morir, piensa más en el prójimo que en él, con el como dicen ¨pa´las que sea¨Era tan amiguero que igual le daba si el amigo era ¨el coleto¨, el cantinero, el policia, mejor dicho tenía tantos guardaespaldas gratis que podía caminar a cualquier hora y por cualquier parte que no le pasaba nada porque hasta los ¨malos¨lo cuidaban.

Sus amigos Caracol, el turco, Pedro Terraza, Marcelino ¨el gitano¨, en fin cualquiera de ellos si se lo encuentran hoy día saben que su amistad es para siempre y que está con ellos en las buenas y en las malas.

Pedro Leonardo (Pedrito) mi hermano el serio, de mal genio a veces pero con un corazón tan grande ¨puro sentimiento¨tu podías pelear con Nando y al rato se le olvidaba, pero Pedrito te podía dejar de hablar un mes y él...firme.

Era el que defendía la familia, levantaba a trompa´limpia al que se metiera con Nando, porque eso sí Nando para hablar siempre ha sido bueno pero el que lo sacaba del lío era Pedrito.

Recuerdo que él y Nando bajaban por la Carrera 24 a la cuadra donde quedaba la fabrica ¨El Dromedario¨ donde hacían fichas de domino, bingo y ganchos de ropa, por ahí alquilaban "paquitos" (comics) y novelas de vaquero o se perdían para el barrio San José a alquilar bicicleta o mejor aún se escapaban al jaguey que quedaba detrás de la Lux Cola.

De Hernando todo se sabía porque todo lo contaba, pero de Pedro Leonardo, nada, tu no le sacabas una sola palabra, reservado como nadie, es mas, podía entrar tomado y mi mamá ni se enteraba (aunque tomaba poco).

Guardaba en un baúl de madera viejo que tenía al lado de su cama toda clase de cosas: revistas de medicina, de mecánica, coleccionaba monedas, allí guardaba sus tesoros.

De Amparito mi hermana menor, recuerdo que mi mamá decía que si se demora un poco más en parirla lo que hubiese salido sería una carcajada; porque se reía de todo y por todo, con solo mirarla empezaba a reir y reir y no paraba, yo le preguntaba...de que te ríes? y ella entre lagrimas y risas me decía...¡no sé!

No recuerdo haberla visto sufrir por nada, para ella la vida era simple, no tenía complicación, los complicados eramos todos que volvíamos la vida así y supongo que si lo pensamos un poco es una buena filosofía...para pasarla bien.

No nos la llevábamos bien en ese entonces, siempre peleábamos y por lo general, siempre me ganaba.  Fue después de morir mi mama que nos convertimos en buenas amigas, sentí que tenía que protegerla...muy linda mi hermana con los ojos verdes más expresivos que he visto y franca como nadie, te va diciendo lo que piensa así sin mas le guste o no a los demás.

Ahora vengo yo como dice la canción, aunque esta parte debería contarla otro, porque siempre es dificil hablar de una misma pero como este relato no se trata de hablar mal de nadie (creo que no lo he hecho) sobre todo porque estoy recordando a mis seres queridos, mi casa, mi barrio; bueno de mi me recuerdo como alguien más bien solitaria, me gustaba estar en mi cuarto, entre mis cosas, me enfurecía llegar y encontrar que me habían cambiado mi cama y mis cosas de lugar, oía todo el tiempo música de toda clase, los domingos casi siempre era la que se quedaba en casa con mi mamá, veía televisión o leía... esa era otra cosa que me gustaba...leía todo lo que caía en mis manos (hábito que no he perdido)

Siempre fui muy torpe con las manos, mi mamá decía que tenía manos de mantequilla, todo se me caía.  Nunca olvidaré que en una ocasión estaba jugando no recuerdo a que y por andar corriendo, tropecé y preciso...caímos encima de la guitarra de ella, quedo partida en dos...mi cómplice en esa travesura del susto no volvió por la casa sino mucho después y mi mamá  nunca supo quien fue o como fue.

Se que quedan muchas cosas más que podría escribir y que estan latentes en mi...de mi gente, de mí...tantas cosas vividas, pero en fin por ahora aquí terminan mis memorias del pasado.

Los que vivimos aquella época en el ¨BARRIO CHINO¨ estarán de acuerdo en decir que a pesar de todo nos enorgullece haber formado parte de esta historia, de nuestras raíces, porque nos fortaleció el carácter y el espíritu y nos enseñó que la vida no es solo blanco o negro, hay muchos más colores para ver y sacarle provecho a cada día que la vida nos brinda.

MARLENE PLATA

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Published on e-Stories.org on 13.10.2013.

 
 

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