Paul Ritz Danckovic

Cartas que nunca envié

 

 

Distante Canción...

 

                                   Episodio III                                

 

 

Odisea, que busca sentir el transversal paraíso. Condenado al disoluto estigma del dolor. Oculto entre la pasión de la nieve eterna. Y el deltado interior, de una sinusoide superior. Eñidas sobre la contera…

 

Paul Ritz Danckovic.-

 

 

Montag, 23  März 1938

 

Liebe,
Frau Inga Vehlet:

 

 

Hoy hubiese esperado, haber podido entregar a Ud. esta misiva. Por cosas de esta vida, no ha sido así. Puede que haya sido, por falta de valor; o quién sabe, son tiempos difíciles. Tal vez, sea para mejor. Bueno; por ahora le escribo, y le seguiré escribiendo mientras pueda. Sólo el tiempo sabrá, si ha sido para bien o mal. Estoy solo en mi habitación. Avanza la intempesta, y sigo pensando en Ud. Mientras escribo versos, que me hacen sentir más cerca suyo. Lo sigo haciendo, sin poder dejar de entender; que me sucede, es algo poderoso. Se apodera de mí...

 

Creo que hoy es sábado. Me ha sorprendido el Alba. Poco me importa. Prefiero estar aquí. Bebiendo del licor de la pluma, e inhalando el humo de la metáfora...   

 

La gente dice:

-Que es un sueño-;

-Que lo olvide-,

 

 

Pero estoy consiente. No me importa. Mi anhelo, es mi anhelo. Con soñar nada pierdo. Siempre he tenido la esperanza, de volver a contemplar. El serio cristalino mirar, del hermético cielo. Peligroso como el mar. Donde naufragan barcos y mueren rudos marineros.

 

Aun recuerdo las férreas rizadas mareas. Bañadas por el sol, luego trastocadas por el caoba, que hicieron precipitar estos agónicos ojos, al despertar, tras una vehemencia sin final.

 

Esperando que se encuentre bien. Le escribo; para contarle, que ya casi alcanzo el horizonte, vislumbrado a la distancia. Claro para eso, he debido sacrificarme duramente. Quiero confesarle, que tuve ganas de ir a verla...

 

Y cuando llegó aquel día. Donde esa sensación se apoderó de mí. No fui capaz de resistir. Seducido por aquella idea, incurrí en un espontáneo lapsus de reacción instintiva. Me presenté sin previo aviso en su lugar de trabajo. Después de haber discutido, por diferencias de opinión. Habiendo transcurrido un par de semanas después del disgusto. Aparecí con un albo clavel del color de las nieves eternas. Poseedor de la fragancia de su piel. Subterfuguiado en el negativo de mi ser, que entregué a mielosas secretarias recepcionistas. Entre ellas murmuraban, como si yo, fuese su pretendiente, o algo así, no entendía bien, lo que sucedía. Eran tres y reían, de cómplice manera. Me puse bastante nervioso al ver la insistencia reflejada en estas uniformadas mujeres, diciéndome que Ud. ya venía. Forzándome, a que no fuese a escapar. Me sentí presionado, muy presionado. En lo único que pensé en ese instante, fue la típica frase utilizada por todo hombre en apuros:

 

¡Voy por cigarrillos y vuelvo...!      

 

 

P.D. : Hay veces, que su recuerdo es mayor. Más poderoso; tropiezo, con la debilidad de mis sentimientos. Sin saber; por qué, escapo…No lo entiendo; mas eso, ya no importa…                             

 

Euer

 

Thomas Lesebuch.-  

 

 

               Freitag, 20 April 1940

Liebe
Frau Vehlet,

 

Estoy en un umbrío lugar. Hace frío y es de noche. Me siento solo, sólo me acompaña un tacho de agua, unos cigarrillos y un pedazo de pan roído. Escribo silenciosamente para conseguir mi objetivo. Creo no estar lejos de él. Siendo constante; algún día lo alcanzaré. Noche tras noche sigo este camino; mi camino, mi obra, mi ilusión, mi fantasía. Pienso que me he transformado en un escritor con su propio estilo; distraído, taciturno, apasionado, eufórico, anhelítico e inclusive wagneriano. Calificativo dado por un amigo, conocedor de mis versos; como de mi persona. Podría seguir enumerando una serie de características, pero no me queda más que resignarme a este destino con aventuras, y desventuras, inclusive con su propia musa. Una musa lejana e inalcanzable. Tal vez, nunca podré estar junto a ella; y sólo la abrase en mis literarios sueños. Provocando en mi el más excelso de los descalabros, que hombre alguno pudiese sentir. Transfiriendo un inconmensurable numen, que me lleva a viajar entre albos papeles, donde la poesía emana, sin fronteras haciendo tambalear mis débiles sentidos. Comienza a amanecer, y aun acaricio su cuerpo, como las gélidas nieves de esta fría ciudad, que abrasa mi fatigado cuerpo…

 

Así paso noctámbulamente escribiendo versos, a aquella musa, que me arrebata de todo contexto permitido, para quebrantar mi alicaída lógica. Me atrae el invierno, haciéndome sentir cómodo. Soy capturado por la mágica lluvia, mientras transito en soledad, mientras el viento envuelve mis cabellos; con la húmeda frescura de la imagen, que no tengo, haciéndome recordar cuando le lleve mi cuaderno de versos. Era bastante precario en cuanto a calidad literaria, no es por justificar, pero era el segundo, que escribía, y estaba incompleto. Recuerdo haber comentado, que escribía ante Ud., por lo cual mostró interés en conocer mi trabajo, a la siguiente visita le traje el cuaderno, se lo llevó, para traerlo al subsiguiente encuentro. A pesar de ser una mujer bastante atractiva e inteligente para mi gusto; fina estampa, corte estricto y severo. Me sorprendió al sacar el cuaderno del escritorio y ver; como lo tomaba con sus dos dedos, como si fuesen unas tenazas, dando la impresión, de que éste era portador de algún tipo de virus. Lo puso sobre su escritorio deslizándolo con sus dos dedos hacia mi, como no queriendo comprometerse con él. Su serio rostro me sorprendió; no encontrando explicación alguna para comprender, la reacción de tan atractiva y bella mujer. No imaginando que hubiese podido encontrar en aquellos precarios versos...

 

P.D.: Cada vez, que Wagner invada mi alma con sus retóricas melodías, vuelvo a sentir, la fuerza de esas manos, que despreciaron aquellos insignificantes, pero decidores versos…

 

 

Thomas.-

 

                                                 

 

Donnerstag, 25 Mai 1942

Liebe Inga,

 

Siguiendo con el tema de la literatura, nunca olvidaré ese instante, que me llevó a alcanzar la mayor satisfacción en esta corta vida como escritor. Recuerdo ese día, no sé, si Ud. aun lo recuerda, mas permítame que se lo recuerde. Después de haberla conocido sentí deseos de escribir algo para Ud. nunca lo pensé, sino qué sólo con verla el numen se apoderó de mi pluma embriagándola con el más fino de los licores. Creo que ha sido el mejor de mis poemas; el que más me gusta, el que más quiero. Trato siempre de andar con una copia del texto, es más siempre llevo una conmigo. La he llevado desde el día que lo escribí. Me alisté para escribir, sin pensar en nada, dejando fluir ese torrente de inspiración, que al conocerla provocó en mí un extraño desconcierto. Me preparé para visitarla. Dentro de mi frío gabán introduje el poema con la gran obra, que había escrito. Era como en el ajedrez estaba jaque, y debía salir jugando. Era la lucha entre la vida y la muerte. Yo me hallaba en desventaja, puesto que el segundo cuaderno, no había tenido muy buena aceptación en Ud. Mientras me dirigí a visitarla, no pensé en nada; es más, ese día todo fue espontáneo y natural, cuando estuve frente a Ud. Divididos tan sólo por aquel barnizado muro, pensé:

 

-Que era un insignificante ser, ante una gran deidad...

 

Pero no eché pie atrás, yo estaba decidido. A efectuar mi única jugada, estaba ocupada inmersa en su trabajo. Me dijo:

 

 -Con un estricto y seco tono; pasa, siéntate…

 

Ordenó unos papeles que estaba por revisar, dejándolos a un lado, posando su imponente lápiz sobre ellos.

 

Me preguntó:

 

 -Qué te trae por acá, con una irónica sonrisa,

 

No respondí, sólo le entregué el sobre

 

Me dijo: ¡Para mí...!


Lo abrió y su primera expresión de femeneidad fue sobre el titulo:

 

-¿Por qué...? La diosa...Fijando su acerada mirada sobre mis agónicos ojos…

 

Yo me quede callado; tratando de buscar respuesta a algo que no la tenía, y que nunca la tendrá. Dedicándome solamente a saborear con deleite el impuesto tono, que acariciaba aquellos versos, derrocando el silencio de esa muda habitación, que se embriagó con ese prosaico tormento, remarcado por aquella melódica voz. Ud., como una distinguida Frau, me obligaba imperiosamente a aprender el idioma,  además de cambiar mi nombre por uno acorde al suyo, y obligándome a estar en contaste consulta con mi diccionario. Pasaba los días, entre libros y esas cosas, había algo que me movía a tratar de aprender. Al verla leer aquel titulo, que la embriagó con el mismo licor, que bebí al embriagarme, para escribir esta pretenciosa obra, que continuaba hasta llegar al punto donde se mencionaba la palabra “Desnuna”...

 

Tal vez, mi intención no fue utilizar dicha palabra o quién sabe. Sólo recuerdo que Ud. Rectificó diciendo no es “desnuna”, es desnuda y con su estricto lápiz terminó de beber del elixir de un breve atardecer...

 

P.D.: Atardecer, que nunca acabo; y que nunca acabará, porque día a día, volverá a nacer. Para en las solitarias noches de invierno. Volver a desnudar esos universales versos, de inicua fatalidad, que harán peligrar a la pretenciosa eternidad…

                          

Lesebuch.-

 

                                                    Donnertag, 01 Juni 1942

Frau,

 

Hoy estuve recordando, el día que la conocí. Aun lo recuerdo. Me recibió después del medio día. Mientras, despertaba el arrebol de mi otoñal existencia. Yo estaba allí sentado, en la antesala de un lugar que osaba el invernal blanco, en un instante se abrió la puerta, viéndola atravesar ese misterioso umbral. Me invito a ingresar a su oficina con un especial tilde, que no me fue indiferente, mas lo único que conseguía, era perturbar mis alicaídos oídos. Me acerqué, y Ud, me extendió su derecha mano, como una doncella de aquellos feudales tiempos, donde los caballeros, sentían el aroma de las más finas esencias, al efectuar esta distinguida señal de nobleza; para luego, caer rendidos sutilmente, ante aquellas delicadas damas. No supe como reaccionar, tímidamente la miré, no atreviéndome a efectuar aquel acto de caballerosidad. Coartando mi instinto animal de inclinarme hacia Ud. Y degustar  la fragancia de un wagneriano vals que comenzaba recién a sonar...

 

Debo reconocer que sentí una extraña sensación; que me confundió, desde aquel preciado segundo en que la vi. Cayendo en el más exquisito de los gusto que pudiese haber tenido hombre alguno. Solos Ud. y yo, únicamente divididos por aquella extraña y llana planicie de estricta sobriedad. Combinada con inertes e imponentes paredes, testigos de una unilateral conversación. Atendía de forma seria a mis discordantes, pero a la vez cuerdos comentarios. Quise pensar que no tenia mucho tiempo para mi, mas me pareció que algo, en mi, la hacia notarse más segura. En todos los encuentros que tuvimos, siempre conservó una hermética actitud; como si escapase de algo, por lo general, evitaba mirarme a los ojos cosa que yo respetaba, y no forzaba en buscar. Ud. mantenía una distancia que yo percibía; así debía ser, lo comprendía, pero algo me hacia abrasar con cierto frenesí,  pretensión aquel placentero deseo que sentía; similar al de escribir... 

 

P.D.: Distancia que birlaste de mi, aquel grato sabor a miel, que se transformó en tinta y papel…

 

Euer
Thomas.-

 

                                    Montag ,11 Mai 1943

Mein Liebe Frau :

 

 

Hoy experimenté una nueva sensación. Después del control médico con Artz Falk, y de haber tomado una ducha; me sentí, diferente, especial. Sentía una profunda sensibilidad. Mientras escribía unos versos. Mis noctámbulos ojos, anunciaron precipitar. Se adentraba la noche. Dejé la pluma, para encender un cigarrillo. Leí el texto, pero en cada verso, que leía la sentía con mayor intensidad. La ausencia disminuía. A medida, que me involucraba con el manuscrito. La carga atmosférica, era cada vez mayor; el esférico cielo, no podía soportar. Precipitando lágrimas de cristal. Creo que fue como haber realizado un viaje. Recorrí planetas, y acaricié estrellas. Sumiéndome, en la Vía Láctea, que tenía el color de su piel, y el sabor del secreto deltado áureo rozado. El universo no me era indiferente, me invitaba caprichosamente a jugar, con la gélida y cristalina mirada, de su sensual noche. Sigo pensando que en el mundo, no hay nada imposible. Quizás algún día pueda llegar a lograr mi meta final, que esta allí arriba en el Unido en Verso, desde donde contemplo la soledad de mi habitado desierto. Sólo me acompaña la música, que se escucha a lo lejos; cómplice de todos mis inolvidables trasnoches; saboreando en solitario esa pretenciosa miel, que me acedía a cada instante. Pudiendo así imaginar y soñar cosas, que en mi interior sólo yo sabré si son realidad. No tengo miedo de quedarme solo, pues siempre estará conmigo. Para acompañarme en mis solitarias noches de papel y verso...

 

P.D.: PAPEL Y VERSOS PLANETAS Y  ESTRELLAS, SUEÑOS DE SILENCIO…MUSICA; TE ABRASO, TE PERCIBO Y TE  SIENTO…                                          

 

 Auswitch 1945

Mein Liebe Frau

 

Hace varios días que no le escribo. No sé; por qué habrá sido. Me siento mal; estoy cansado, tengo sed, siento frío, y calor, a la vez, Ud. sabe de estas cosas. Ya que Ud es docta en la materia. Hoy estoy aquí escribiéndole nuevamente. Han pasado casi 6 años; desde la ultima vez que la vi. Debo confesarle; que aun no la puedo olvidar. Y que cuando llegue a mi hogar, se hará el lanzamiento de mi primer libro y estará dedicado a Ud. lo que partió como un juego, ya se esta transformando en una realidad, estoy haciendo mi propio camino. La veo en este hermoso lugar, que sólo le pertenece a Ud.;  el palacio de mi corazón. No tiene fuerzas, y esta débil. Pero por siempre, será suyo, y de nadie más, aunque a mucha gente no le guste, y sea motivo de criticas. La opinión de la gente no me importa; mi trabajo, es mi trabajo. Y yo he decidido, dedicarle mi obra a Ud. A veces los viejos escritores critican mi obra. La encuentran demasiado, osada o atrevida; adujendo, que soy la oveja descarriada, que no respeta las reglas, poseyendo una invención de términos que no son posible dentro del lenguaje. He llevado una vida extraña con altos y bajos Ud. bien entiende de esas cosas. A veces he tenido deseo de ir en busca suya, pero creo que no sería prudente, y sólo me consuelo con dedicarle extensas horas de mis noches pensando en que algún día la volveré a ver. Hoy son cerca de las 8:00 A.M. Siento mucho frío, nieva, estoy endeble, con tos, confundido y complicado. Se ha evaporado la noche lentamente y soy sorprendido por mi padre, mientras escribo. Siempre, me regaña por que hay días, que no duermo, es algo  inherente a mí, que me lleva a hacer esto. Quizás, sea por esto, que estoy así. No sé bien, que será, lo que me esta pasando. Afuera se siente mucha bulla, gritos, no entiendo nada. Yo sólo debo aprovechar, y seguir escribiendo. No tengo nada más, que hacer solo seguir escribiendo y lo sigo haciendo. He llegado a pesar que la literatura es un vicio al igual que el alcohol, el tabaco, o cualquier tipo de droga. Sigo escribiendo a escondidas de mi padre. Ya ha amanecido y un haz de luz impacta contra mi febril calva cabeza, pienso donde estará imaginándola en su trabajo eso me hace feliz, mas la gente no entiende e insiste en  inmiscuirse en mis sentimientos. Pero mis ideas y metas son claras y nadie me hará cambiar de opinión; una decisión es una decisión, y lo tengo bien claro; irrefutable e intransable. Yo soy pretencioso y me gustaría encontrarme con Ud. debo confesarle que he conocido gente vinculada a Ud. como Herr Löw promisorio Científico, Herr Kommandant Kall estricto oficial y  Herr  Dr. Fuchs prestigioso medico. Eso me provoca una especie de vanidad, en cierto modo por causas del destino, he tenido contacto visual con Ud. Me gustaría que estuviese presente ese importante día, eso me motiva, y me hace pensar en ir en busca suya, pero después pienso, y sólo me conformo con que tuviera un  ejemplar de mi libro, para que conociera mi trabajo...

 

P.D.: Cobardía absoluta, en mis torpes manos que no son incapaces de enfrentar, a la férrea pluma, y a la punzante tinta, que escurre por mí cuerpo queriendo acariciar, y amar, en las pretenciosas noches de febril soledad…

 

 

Euer
Elías Gross Wolosky

 

 

 

El frío me besó con su hostil
Severidad. Hoy la rudeza
De la eternidad, me invita
A recordar esa mirada…

 

 Mirada; que se sintió,
Perturbada...

 

 Elías Gross Wolosky

11 Mai 1945 +

 

Es tarde; y llueve,
las calles están vacías; siento,
la humedad de un cuerpo,
que se acerca a la distancia...

 

Dedicado a Rhina Stephania...

 

 

Indice

 

 

 

 

 

1ra Carta……………………………………………..

 

 

 

 

 

2da Carta…………………………………………….

 

 

 

 

 

3ra Carta……………………………………………..

 

 

 

 

 

4ta Carta……………………………………………..

 

 

 

 

 

5ta Carta……………………………………………..

 

 

 

 

 

6ta Carta……………………………………………..

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

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Published on e-Stories.org on 19.07.2006.

 
 

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