Aquello

El olor a podredumbre impregnaba la cloaca, sin saber porque seguía ahí, una noche después de Aquello, porque no regresaba? Porque seguía ahí? El olor a dulce metálico de la sangre hacia imposible alejarse, quería más, no conforme con ello intentó besarla de nuevo, ella se resistía con el silencio de su muerte, su rictus de sonrisa  se quedó con ella, que había pasado, eran almas gemelas y de repente después de Aquello todo cambió, necesitaba aire pero se negaba a salir el aroma a muerte se lo impedía acaso era una poesía para su olfato? Los recuerdos vagos de sangre y obscuridad con la claustrofobia en ese lugar  y los pensamientos obscuros después de Aquello lo retenían como una obsesión esquizofrénica, la soledad trastornada le agradaba había algo mejor que eso? Regresaría a su punto de partida, sus pensamientos no lo dejaban pero algo fuera de sí mismo lo mantenía alegre por lo que había hecho, blandiendo el cuchillo disfrutando cada instante como si fuera el último, eso no era maldad era un soneto para sus sentidos, Aquello le gustaba, por primera vez se sintió vivo, acaso ella era el camino para llegar a su ser? Nada comparado con ese sentimiento, que tremendamente feliz estaba.
Las ratas salieron del lugar sus ojos rojos brillaban en la oscuridad, él no compartiría su trofeo, palpó su cuchillo, las ratas lo envolvieron en una danza frenética de armonía animal listas para apoderarse de sus anhelos y su trofeo, tenso, frío, se rebajó a su instinto primitivo, blandió su cuchillo en la tráquea sintió de nuevo el aroma dulce metálico agarroso de la sangre, su vista nublada y su vida se aferraban su aliento poco a poco desapareciendo, volteó a ver a su amor, ella seguía hermosa con su sonrisa mortal.
Aquello los esperaba con ansía, el se aferró a su amada, una sombra negra lo cubría, podía sentir Aquello.

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