Silencio perturbante, silencio exasperante;
perfora mi mente como filosas espinas
que indudablemente desearía expeler.
Como nocibas balas incrustradas en mi piel
son causantes de un agonizante dolor
que incesablemente me atormenta.
Esta soledad me impacienta, me enloquece.
Pero en medio de tan terrible confusión
existe una remota esperanza.
Se manifiesta tu apacible rostro...
tu amable y agradable semblante.
Tu indeleble presencia apacigua
y abarca mis errantes pensamientos.
Incansablemente propaga cada nube gris
y esclarece mi aturdida mente.
Tu sensible y maravilloso ser
me expulsa tenuemente de mi escondite.
Suavemente descubre mis dormidas alas
que con locura ansiaban desperezarse
para inevitablemente volar a tu lado.
Y sin algún remordimiento dejarnos convencer
por nuestros hambrientos y voraces instinctos;
alimentarnos del increíble y enorme placer
que irremediablemente surgirá de nuestras almas.
Brindándonos la elevada exaltación
que merecen nuestras indemnes vidas.
Deseo el privilegio de amarte!
Copyright © 2000 Davianna Morris
(7-25-2000)