Karl Wiener

El puente

 

El Español no es mi lengua materna y es posible que haya faltas

gramaticales y ortografias, pero los argumentos son verdad.

 

         Ocurrió antes de mucho tiempo.  A aquel lugar, donde hoy pasa el viento sobre los campos fértiles, había una selva oscura de tal grandor, que ningún hombre la había atravesado jamás. En esta selva vivían varios animales y estaban antiquísimas encinas, pantanos, lagos aislados y pequeños estanques. En medio de la selva se extendía un gran claro, partido de  un abismo profundo que ninguno no podía superar.  La gente viviendo en ambos lados  de la selva trabajaba duro para asegurar su sustento. Estos hombres no eran ricos y hubieran querido recolectar las setas y las frutas creciendo en el bosque, pero evitaban el matorral misterioso, temiendo de perderse. De ese modo el matorral pegada impedía a la gente en ambos lados de la selva encontrarse frecuentemente. No sabían mucho del otro y porque casi no se conocían, tenían miedo del otro. En caso de encontrarse si haber avanzado excepcionalmente a este lugar, se peleaban a través del abismo con palabras insultantes y amanezaban furiosamente con los puños.

         Algún día una pequeña chica se atrevió demasiado lejos adentro de la selva y no pudo encontrar el camino al hogar. En busca del buen camino se perdió más y más en el matorral. Avanzó soló dificultosamente y llegó después de muchas molestias al claro. Ahora se encontró delante del abismo profundo y no supo que hacer. Por nada del mundo quiso atrás en el bosque oscuro pero no pudo progresar sin caer en el abismo. Era tan cansado que se sentó al suelo y lloró. Se sentía solo.

          Por casualidad un chico llegó por el mismo tiempo al lado opuesto del abismo. Le había ido en modo parecido como a la chica. Curiosamente había avanzado en la selva, y dentro de poco tiempo había perdido su camino. Miró buscando cuando oió las palabras sollozandos. Èl también se sintió miedoso y creió que le persiguirera un fantasma. Pero dentro de poco percibió el vestido vivo de la chica al otro lado del abismo. Llamó y hizo señas. La chica también le percibió y respondió las señas. Los dos sintieron aliviados de no estar solo. No sabían nada de la hostilidad de sus padres.

          Entretanto había atardecido, las tinieblas de la noche aumentaron el miedo de los niños. Por fortuna las estrellas brillaban en el cielo y la luna mostraba su cara amable. Los dos se dieron valor por silbar, cantar y llamar. Pero al fin se cansaron y se adormecieron. Era extraño, ambos niños soñaron el mismo sueño que les mostró una posibilidad de juntarse. Por la mañana, cuando se despertaron, había lloviznado. Las nubes ya habían desparecido pero el aire estaba lleno de humedad. El sol había salido y emitió sus rayos calentandos del cielo. Los niños medio dormidos aprirono los ojos y se creyeron de alcanzar a ver la salvación de su soledad. Un arco irís se tendía como un puente sobre el abismo. Se creyeron de poder hallarse en lo alto del arco.

          No sólo los padres de la chica sino también estos del chico estaban muy preocupados. Al amanecer, ya antes de la salida del sol,  se habían puesto en camino para buscar los niños. Después de haber marchado sin resultado a través de la selva, cada uno a su lado, ellos llegaron el abismo que les separaba. Esta vez les atormentaban preocupaciones más graves que en otro tiempo y non estaban  en estado de insultar y amenazar. Después de la grato  descubrimiento de los niños perdidos los padres vieron con susto que estos estaban a punto de poner los pies sobre el arco irís para encontrarse. Sin vacilar cogieron los niños arrastrandolos del abismo. Una caída en la profundidad les hubiera matado.

          Ahora estaban consternado y se arrepentían  de su  mutua enemistad, porque habían comprendido que la preocupación colectiva por el bienestar de sus niños es más importante que todas las otras cosas del mundo. Para que no ocurra de hoy en adelante una desgracia, empezaron inmediatamente de construir en común un puente estable a través del abismo que les había separado hasta allá.   

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Published on e-Stories.org on 11.02.2009.

 
 

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